La arquitectura y, especialmente, la ciudad tienen que ver con disciplinas complejas, lugares por tanto de la incertidumbre y de la contingencia. No comprensibles desde la simplicidad del análisis-síntesis, donde los acontecimientos son interdependientes: a mayor dificultad de los fenómenos, mayor amplitud de las miradas, sabiendo que la subjetividad construye también la realidad y que la realidad no entiende de parcelas disciplinares. Si la complejidad tiene que ver con la imposibilidad de considerar aspectos particulares de un fenómeno, proceso o situación a partir de una disciplina específica, la comprensión de los problemas reales y la generación de sus soluciones requieren posturas transdisciplinares.
La Carta de la Transdisciplinariedad de 1994 reconoce la existencia de diferentes niveles de la realidad, regidos por lógicas diferentes, que obligan a una actitud transdisciplinar (complementaria, por tanto al enfoque puramente disciplinar). La transdisciplinariedad no busca el dominio de muchas disciplinas, sino la apertura de todas las disciplinas a aquellos que las atraviesan y las trascienden, poniendo a dialogar las ciencias exactas no solamente con las ciencias humanas, sino también con el arte o la literatura.
Con esta objetivo, en el presente libro se recogen múltiples miradas destinadas a confluir en un cuerpo de saberes que abordan la arquitectura y la ciudad desde variadas escalas y dominios.